El Gran Extraño
(a la Cabeza Borradora)

la cama no esta hecha para el descanso, le dice
al hombre de traje a la mujer que seduce al hipnotizador:
los hombres de descanso tejen sus jaulas
para encerrarse como leones caminando de un lado a otro
en un dos por dos a ritmo de caños de escape y sirenas
en el centro quebrado de la pupila de Dios
el campo es manantial para el martir no para el hombre de bien
ansioso y desconfiado, fidelidad de hermano a las arañas
cayendo sobre tortugas desde la autopista al desierto.

no hay forma de controlar la imaginacion cuando todo
lo que explota en las caras de los muertos
es pistón de este motor de fuego,
nada más que poesia entrando por la ventana:
viento frío desde el sol,
casa en ruinas alquilada al Gran Extraño.