viernes, 15 de agosto de 2008

Al rato amanece

atrapado entre la niebla,
el caballo descansa junto al sauce.
algunas moscas le muerden el hocico.
trae en sus pezuñas, el barro
de días de trabajo forzado.
el viento y el rocío lo adormecen
y atorado en el vaho confuso de sus recuerdos,
se acuerda cuando era potrillo,
allá en el campo,
y creía haber encontrado en el arado
y el ejercicio diario, el método
perfecto contra sus obsesiones suicidas.
de esto hace años.
ahora está viejo,
cansado, solo seguro de si mismo.
entonces,
espera que se apague la última luz,
que se vaya el último pescador,
que se calle el último pájaro.
y cuando todo está en calma,
respira el último salmo.
se acuerda solo de algunos pocos,
mientras escucha al último grillo cantar.
no piensa en nada más,
salta al río y se deja llevar.
el agua corre lenta, como dormida.
al rato amanece.

3 comentarios:

tomás augusto dijo...

gran regreso
como el de los grandes pero
en chiquito

Anónimo dijo...

Lo mismo digo: lo extrañábamos y esto nos hace entender porqué. Ramiro

Federico Crowe dijo...

gracias cabeza volcan por hacer asi erupcionar nuestros corazones!y al rato amanece...