La virgen
el calor se levanta como agua
por la ruta
y entra en el auto.
ahí dentro,
mi papá y yo.
después de dos infartos,
cinco días en la dimensión desconocida,
ahogados en silencio.
es él quien libera la batalla del lenguaje:
“esta mañana, después de 32 días,
se me paro la pija.
fue como cuando los cristianos
ven a la virgen llorar sangre”
domingo, 31 de agosto de 2008
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